Si hay algo que caracteriza el periodo del embarazo es la inseguridad. La inseguridad en todos los aspectos, sobre que debo y no debo comer, sobre qué actividad debo y no debo hacer, si estoy o no a la altura, si mi pareja lo está, si podré soportar el parto, epidural si o no...un sin fin de inseguridades. Y lo cierto es que el entorno a veces no ayuda demasiado, porque choca de lleno con lo que queremos o al menos creemos que queremos. Es por ello que se presenta la necesidad de coger aire, de entrar dentro de nosotras mismas y dejar fluir todo un poco, dejar que nuestro cuerpo nos hable sobre qué necesita y qué le sobra o no le viene bien. En esta introspección encontraremos muchas respuestas o tal vez seguimos con las mismas dudas que al principio. Pero no os agobiéis, si dudamos es porque pensamos, porque nos hacemos preguntas, eso siempre es bueno, ya que significa que estamos preocupadas, que estamos pendientes de lo que nos ocurre y eso es importante porque no nos dejamos hacer sin más. Somos mujeres y por desgracia, muchas de las cosas que la sociedad nos ha dejado en herencia es la falta de confianza en nuestra fortaleza. Somos fuertes, de eso no cabe ninguna duda y debemos de estar orgullosas.
Aquí os iremos dejando recursos que a muchas de nosotras nos han servido eso sí: sin dejar de mirar en vuestro interior y de respirar con tranquilidad y disfrutar, sobre todo disfrutar. La vida no viene con instrucciones en ningún manual, la vida se VIVE.